segunda-feira, 12 de setembro de 2011

EL GRAN SECRETO

Una nueva rama de la ciencia, con su consiguiente tecnología, podría llevar años de desarrollo en algunos laboratorios, rodeados del maáximo secreto. Sus aplicaciones podrían transformar radicalmente la sociedad humana y dar paso a una nueva era imprevisible para el poder. Sin embargo, todos los esfuerzos por encubrir este conocimiento serian inutiles, dado que la teoria en la cual se basa implica que los saltos evolutivos son dirigidos por fuerzas Interdimensionales que ni siquiera sospechamos.
En junio de 2000, el Dr. Lijun Wang, de la universidad de Princeton, consiguió superar la velocidad de la luz acelerando un pulso de radiación laser. El resultado del experimento cuestiona la teoría de la relatividad y parece exigir una nueva física para explicar ciertos fenómenos, precisamente en un momento histórico que muchas tradiciones milenarias coinciden en calificar como el comienzo de una nueva edad de oro.
Imaginemos durante un momento cómo sería el mundo si la energía que consumimos fuera virtualmente gratuita. Utópico ¿verdad? ¿ Y si fueramos capaces de gobernar el clima, descomponer y recomponer la estructura fundamental de la materia, dirigir el curso de nuestra propia biología y, en general, dominar y controlar cualquier fuerza de la naturaleza? La consecuencia inmediata que se nos ocurre es que nuestro nivel adquisitivo ascendería hasta niveles considerablemente más altos que los actuales, es más: ese proceso se reproduciría a escala mundial haciendo que la pobreza y el hambre desaparecieran de nuestro planeta. En esta situación, no cabe duda de que nuestra especie se vería libre de todas las servidumbres. Viviríamos en un mundo donde no sería necesario trabajar, en el cual cada persona podría encaminar su vida y su talento por los senderos que estimase más oportuno.
Ahora, imaginemos que, por algún acontecimiento cósmico, el ser humano alcanzara estas capacidades, no por méritos propios, sino porque se viera abocado de forma inevitable a dar el siguiente paso evolutivo en esa dirección y que el experimento del Dr. Wang, que parece haber abierto una grieta en la física relativista, es el primer atisbo público del nuevo conocimiento. Bonita historia. ¿Estaríamos nada menos que ante la utopía soñada por los visionarios de todos los tiempos: el ideal en el cual coinciden las ideologías de todos los signos, aunque discrepen en los medios para crear semejante paraíso. Pues bien todo esto no sólo es posible, sino que podría estar empezando a suceder sin que nos enteremos. Indicios recogidos en todo el mundo nos llevan a pensar que nos encontramos en vísperas de conocer el gran secreto: la clave de los mayores enigmas de nuestro mundo y, sobre todo, la fuente de un poder inimaginable.
Para conocer los antecedentes de esta historia debemos remontamos a una época increíblemente remota, decenas de miles de años antes de la aparición de nuestro primeros registros históricos. En aquel tiempo parece haber existido una civilización cuyo recuerdo ha pervivido en las leyendas y mitos de practicamente la totalidad de los pueblos de la tierra en diversos lugares del globo han sobrevivido vestigios de ella: edificios y artefactos que se han convertido en una pesadilla para cientificos y arqueólogos. No sabemos si sus artifices fueron seres humanos o algo diferente, si eran originarios de nuestro planeta o llegaron aquí como consecuencia de alguna inimaginable peripecia. Lo que suponemos, porque en esto coinciden todas las leyendas que sobre ellos se escribieron, es que eran dueños de conocimientos que les permitían realizar prodigios inaccesibles para nosotros, haciendoles aparecer como dioses a los ojos de nuestros antepasados. Estos enigmáticos seres no eran dioses, sino tan sólo los depositarios de un saber que les otorgaba un poder casi ilimitado comparado con el de nuestros ancestros. Y estamos seguros de que no eran dioses porque, en lo que también coinciden esas leyendas es que ese conocimiento fue la causa de su crepúsculo.
La Atlántida, o como se la quiera llamar, desapareció casi de la noche a la mañana destruída por la insensatez de sus habitantes que, borrachos de soberbia, hicieron mal uso del don que se les había otorgado. Los supervivientes se dispersaron por todo el globo. Con el discurrir de los siglos, la antigua ciencia trasmitida de maestro a discípulo a través de generaciones se fue contaminando de superstición. Quedaron los ritos, pero la explicacion de todo ello se había extraviado hacia mucho tiempo. Así nacieron las ciencias ocultas, la astrología, la alquimia, las disciplinas espirituales y hasta la magia. Sin embargo, es posible que la antigua ciencia no se haya perdido para siempre y ahora mismo estamos en vísperas de adquirir un conocimiento que, en cuanto a compresión del Universo, nos colocaría a la misma altura de aquellos míticos seres a quienes nuestros primitivos antepasados llamaron dioses.
El secreto comienza a dibujarse a partir de una nueva disciplina (o tal vez no tan nueva) llamada física hiper dimensional. En 1976 el mundo esperaba expectante las primeras fotografías tomadas por la sonda espacial Viking. Nadie podía imaginar que esas imagenes enviadas desde millones de kilómetros de distancia serían las portadoras de secretos demasiados inquietantes, demasiado desestabilizadores, tanto que la propia NASA podría haber intentado hacerlos desaparecer. Las imágenes procedentes de la región conocida como Cydonia mostraban la existencia de un vasto conjunto de cuerpos de apariencia artificial entre los que destacaba la bautizada como "esfinge de Marte" una gigantesca cabeza esculpida en piedra cuyo rostro, orientado hacia el espacio, nos devolvía la mirada inquisitiva que habíamos dirigido hacia este planeta vecino durante milenios.
A partir de ese momento, personalidades como Richard Hoagland, Vincent Diprietro, Gregory Molenaar o Mark Carlotto, todos ellos provistos de intachables credenciales científicas, consagraron sus vidas al estudio de lo que creían podía constituir la primera prueba material de vida inteligente extraterrestre. La polémicas imágenes fueron estudiadas hasta el mínimo detalle, se utilizaron complejos procedimientos informáticos para analizarlas y se trazaron pormenorizadas cartografías de la zona con ayuda de los métodos más cientificos. Ni la campaña de desprestigio del caso que llevó a cabo la NASA, recurriendo a científicos tan populares en su momento como Carl Sagan, fue suficiente para silenciar las voces que reclamaban un estudio a fondo y oficial de la región de Cydonia.
Pero sería en 1988 cuando la investigación sobre las anomalías marcianas tomaría un nuevo rumbo de la mano de Erol Torun, cartógrafo y analista de sistemas del servicio cartográfico de la secretaría de Defensa de EEUU. De las estructuras que se alzan en la llanura de Cydonia, la conocida como pirámide D&M atrajo especialmente su curiosidad. En la esquina sur-suroeste de la "esfinge" exactamente igual a 1/360 del diametro polar marciano, se encuentra una estructura de un tamaño que resulta difícilmente concebible. La pirámide D&M recibió este nombre como homenaje a sus descubridores, Diprietro y Molenaar. Tiene una altura aproximada de 800 metros y un diámetro de casi 3 kilómetros. Se trata de una pirámide pentagonal, cuyos lados están dispuestos en ángulos de 30 grados. En su construcción se debieron emplear 1,5 kilometros cúbicos de material y su colocacion respecto a los otros objetos de Cydonia dibujan un perfecto triángulo equilatero. Torun, a pesar de sus amplios conocimientos de geomorfología, no conocía ningún mecanismo natural que pudiera explicar la formación de semejante estructura. Fue esto lo que le movió a analizar cuidadosamente su geometría.
A pesar de estar vivamente impresionado por la simetría del objeto, el mismo confesó más tarde que no estaba preparado para lo que iba a encontrar. Codificadas en la estructura de aquel objeto al cual la NASA había calificado como "formación natural", descubrió una serie de relaciones matemáticas, constantes y expresiones sumamente especificas y redundantes, cuya probabilidad de que se originaran por azar se encontraba cercana a cero. Numeros irracionales como "Pi" (la razón de la circunferencia respecto del diametro del círculo) y otras constantes fundamentales en geometría, aparecían repetidamente, combinados de todas las maneras posibles, tanto en los ángulos como en las relaciones entre éstos y sus respectivas funciones trigonométricas. Esto, que de por sí constituía un asombroso hallazgo, quedó rápidamente empequeñecido por otro descubrimiento mayor, esas mismas relaciones matemáticas se repetían con increíble precisión si se trazaba una serie de líneas que unieran entre sí las misteriosas estructuras de la famosa llanura marciana. Todo formaba parte de un complejo diseño que repetía insistentemente los mismos números, figuras y ángulos. Estaba claro que aquello constituía un mensaje dibujado por criaturas inteligentes y expresado en el lenguaje más universal que existe; las matemáticas.
Si tantas molestias se tomaron sus constructores, levantando edificios que harían palidecer de envidia a las mayores creaciones del ser humano, algo de suma importancia habrían querido trasmitirnos. La pregunta era, ¿QUÉ? Este enigma inquietaba especialmente a Richard Hoagland, el principal investigador del tema de Cydonia, que no es ningun advenedizo en el campo científico, entre otros muchos puestos oficiales ocupó el cargo de asesor para asuntos especiales de la cadena de televisión norteamericana CBS para el proyecto Apolo, que puso al hombre en la Luna. Durante meses, Hoagland trabajó con aquellas líneas misteriosas, buscándoles un sentido, intentando descifrar su mensaje. Por fin, un buen día, la verdad apareció súbitamente ante sus ojos. Y, ciertamente, resultaba más increíble que la fantasía más exaltada. En la llanura de Cydonia, a 56 millones de kilómetros de nuestro planeta, olvidados durante miles de años, se encontraban dibujados con absoluta precisión los postulados teóricos básicos de una ciencia olvidada que hizo furor a finales del siglo XIX para, más tarde, caer en el olvido de la ortodoxia científica, que la consideró como algo inaceptable: la Física Hiperdimensional.
Basándose en este conocimiento, Hoagland pudo establecer varias predicciones que, al ser comprobadas, resultaron ciertas. Así descubrió que, según los postulados de la física hiperdimensional, existe una importante relacion entre el tetraedro (o pirámide) y la esfera donde este poliedro puede ser inscrito. Considerando a los planetas como esferas y colocando el vértice de un imaginario tetraedro en uno de los polos, los otros tres vertices caen a la altura del paralelo 19.5. Pues bien, curiosamente en esa misma localizacion geográfica es donde se encuentran los mayores focos de inestabilidad de cada planeta: en la tierra este punto coincide con el cinturón volcánico del Pacífico (el volcán Mauna Kea está a 19.6 grados Norte), mientras que el gigantesco monte Olimpo de Marte (el mayor volcán del Sistema Solar) se encuentra a 19.5 grados Sur, y algo similar ocurre en Neptuno, que tiene una mancha similar a la de Júpiter, sólo que de color azul, y en el sol, donde la mayor incidencia de las manchas (que son el efecto visible de las erupciones derivadas de la alta actividad) se observa, precisamente, alrededor del paralelo 19.5.
La aparición de estos (vórtices planetarios) ya había sido predicha a mediados del siglo XIX por el físico matemático James Clerk Maxwell, cuyas ecuaciones pusieron la piedra angular de la primera teoría unificada de las fuerzas naturales. El electromagnetismo, su teoría supuso un paso ineludible en el camino que condujo a la física moderna: la relatividad de Einstein y la mecánica cuántica, de Planck, Heisenberg y Schrodinger. Sus postulados fueron propuestos por los científicos más notables de la época, y muy poco dados a especulaciones paracientíficas como Helmholtz, Lord Kelvin, Faraday y el propio Maxwell. Estos pioneros llegaron a la conclusion de que nuestra realidad tridimensional no es sino la parte accesible para nosotros (seres tridimensionales) de un universo de más dimensiones, y que en la interacción entre esas otras dimensiones y las tres que constituyen el mundo material de nuestra experiencia se encontraría el secreto de muchos fenomenos hasta ahora inexplicables, e incluso la clave de la aparición de la vida sobre nuestro planeta.
Los padres de la física hiperdimensional llenaron pizarras con interminables cálculos, desarrollaron ingeniosos modelos cosmológicos y levantaron un verdadero edificio de relaciones matemáticas y geométricas. Las mismas que más tarde aparecerian en un lugar tan insospechado como la superficie de Marte. Sabían que, en determinadas circunstancias, tendría que existir un flujo de energía de esas otras dimensiones hacia la nuestra. Concretamente, afirmaban que un sistema giratorio de un espacio de cuatro dimensiones haría surgir una serie de vórtices de energía al ser proyectado en un espacio de tres dimensiones como el nuestro. Ese fenomeno se produciría, según sus cálculos matemáticos, a 19.5 grados de ecuador. Sin embargo, lo novedoso de la idea la hizo blanco de numerosos ataques y terminó cayendo en el cajón del olvido científico. Son célebres, en este sentido, los adjetivos descalificadores "místicos" y "obra del diablo" que el físico Oliver Heaviside dedicó a estos trabajos de Maxwell por tratar con conceptos hiperdimensionales.
Sin embargo, a medidos de la década de los 60, un hallazgo astronómico aparentemente irrelevante vino a apoyar los planteamientos de aquellos pioneros de la fisica del siglo XX. Las observaciones que se realizaron a través de los primeros espectrografos demostraron que el planeta Júpiter desprende una "radiación infrarroja anómala" esto es, emite mucha más energía de la que recibe del sol. Posteriormente, las ondas Pioneer y Voyager pusieron de manifiesto que el mismo fenómeno inexplicable se repetía en Saturno, Urano y Neptuno. Esto constituía una anomalía cósmica de primer orden. Si la cantidad de radiación emitida al espacio por estos planetas es muy superior a la que corresponderia a la suma del calor interno y al que reciben del Sol, entonces, ¿de dónde procedía esa energia adicional? Para la Física Hiperdimensional la respuesta es que la combinación entre la masa de los planetas y su momento angular (la energía de su desplazamiento alrededor del sol) genera un punto de contacto con otras dimensiones, a través del cual se produce una transferencia de energía. Esto se puede cuantificar a través de la formula L = mr 2, en la que "L" es la energia resultante, "m" la masa y "r" el momento angular. Dicho llanamente: recibimos aportaciones energéticas de otras dimensiones inaccesibles a nuestra experiencia tridimensional, y el propio sistema solar funciona como un mecanismo que genera los portales interdimensionales a través de los cuales penetra dicha energía.
Los parametros físicos y matemáticos requeridos para esta transferencia de energía e información procedentes de un hipotético espacio n-dimensional (donde n es un número indeterminado) fueron establecidas en su momento por personalidades científicas del siglo XIX de la talla del matemático alemán Georg Riemann, el físico escocés Sir William Thompson, el ya citado Maxwell y el matemático británico Sir William Rowan Hamilton. Fue concretamente el matemático Arthur Cayley quien estableció las relaciones geométricas interdimensionales que aparecen, no sólo en la llanura de Cydonia, sino también en la geometría sagrada que durante milenios ha acompaniado a las prácticas esotéricas más diversas y ha regido la configuracion formal de las construcciones de la arquitectura sagrada.
No obstante, hay una objeción legítima que hacer. Esta muy bien que exista una física hiperdimensional asociada a la mecánica celeste, pero ¿no hay algo más actual, más tangible, que pueda confirmarnos que estamos ante un indicio que pueda conducirnos a la antigua ciencia de los dioses? Fusión fría Entre el 6 y el 9 de diciembre de 1993 tuvo lugar la cuarta conferencia de fusión fría en Maui, Hawai, muy cerca del paralelo 19,5. Científicos de todo el mundo se habían reunido para tratar lo que podía ser el mayor hallazgo de la historia. Se presentaron mas de 150 ponencias del más alto nivel y asistieron los padres de esta disciplina: Stanley Pons y Martin Fleischmann, que habían acudido desde el laboratorio que en Niza ha montado para ellos Technova, una subsidiaria de Toyota. La conferencia de Maui fue el ultimo gran acontecimiento en el campo de la fusión fría, marginado por la ciencia oficial.
A pesar de que en todo el planeta existen equipos de investigacion que continúan trabajando sobre este tema, su labor sólo es recogida por revistas especializadas como Infinite Energy. Aquellos que, a pesar de la postura oficial al respecto se deciden a investigar el tema, se ven acosados por sus antiguos colegas. ¿Por qué esta persecución?. Los origenes de la fusión fría se encuentran en los trabajos de Pons y Flrischman, que el 23 de marzo de 1989 convocaron una rueda de presa en la universidad de Utah, para realizar un asombroso anuncio. Según habían comprobado repetidas veces, la electrólisis de agua pesada empleando electrodos de platino y paladio tenía como resultado una producción de energía calorífica mayor que la correspondiente a la electricidad utilizada. Si se encontraba una forma de aprovechar este calor adicional, habrían encontrado una fuente inagotable y gratuita de energia.
El informe levantó una encendida polemica. El 1 de mayo de1989 la American Physical Society dio carpetazo a todo el asunto catalogándolo de mera "superchería científica". Sin embargo, esto no desalentó a decenas de investigadores que, patrocinados por empresas multinacionales como Toshiba, Hitachi, Toyota, Exxon o Carterpillar, más interesadas en los resultados económicos que en los prejuicios científicos, continúan trabajando en este terreno. Los experimentos originales han sido reproducidos, incluso mejorados, en incontables ocasiones, pero nadie ha sido capaz de dar el paso definitivo en la explicación del fenómeno. Técnicos competentes, con amplia experiencia, se desesperan al comprobar como el mismo experimento, idéntico hasta el minimo detalle, arroja resultados diferentes cada vez que se realiza. A veces no sucede nada en absoluto; en cambio, la producción de calor es intensísima. Para añadir confusión, se ha comprobado que determinadas frecuencias acústicas actúan de catalizador de estas reacciones.
Tal vez, los antiguos alquimistas (depositarios a fin de cuentas de los vestigios de la antigua ciencia) pudieran aportar algo de luz a los trabajos de sus modernos seguidores. Ellos sabían bien que determinados momentos astrológicos eran más propicios que otros a la hora de llevar a cabo sus operaciones. Bajo el prisma de la física moderna esto es una insensatez, pero considerado bajo la física hiperdimensional todo adquiere un sentido muy claro, ya que es precisamente el curso de los planetas el que marca la pauta de transferencia de energía entre las dimensiones; posiblemente esa misma energía que se detecta en los recipientes de la fusión fría, pero que nadie acierta a explicar de dónde proviene. Por otro lado, resulta curioso que tanto el paladio como el platino y el aluminio (empleado también en los experimentos de fusión fría) tengan una estructura cristalina en forma de tetraedro y sus átomos se organicen formando esta misma figura geométrica, clave en las fórmulas de la física hiperdimencional.
Es muy probable que estos exploradores en el campo de la fusión fría estén redescubriendo algunos de los secretos que ya conocían los antiguos alquimistas y puede que alguien haya llegado un poco más lejos, aunque amparado en las sombras de un impenetrable secreto. Es posible que estemos otorgando atributos de máxima novedad a algo que determinados grupos podrían haber conocido y desarrollado en secreto desde hace años.
En la comunidad de los estudiosos de las conspiraciones hace tiempo que existe una creencia muy extendida respecto a la existencia de un "gran secreto" que explicaría numerosos casos de encubrimiento en los cuales aparece involucrado el gobierno estadounidense. La mayor parte de estos estudiosos opina que este secreto podría estar relacionado con los aparatos que incesantemente vienen avistándose en nuestros cielos, desde que en 1947 comenzara a hablarse de "platillo volantes". Pero existe otro sector que, afinando un poco más, opina que tras este muro de silencio se oculta toda una nueva rama de la ciencia, cuyo desarrollo tecnológico durante los ultimos 50 años se habría escamoteado a la opinión pública. La física hiperdimensional podría muy bien ser esa ciencia.
Aquí podría encontrarse la explicación al interés, por supuesto extraoficial, que departamentos gubernamentales de varios países han mostrado por los trabajos del heterodoxo y genial inventor Nicola Tesla, plenamente convencido de la existencia de otras dimensiones y de nuestra capacidad para contactar con ellas. También se explicaría la implacable persecución que sufrió en vida otro inventor genial, el psicólogo Wilhelm Reich, cuyo trabajo ha sido sistemáticamente sometido a campañas de desprestigio por un organismo con tan pocas atribuciones en el campo cieníifico como el FBI. ¿Por qué mereció un acoso tan cruel un hombre, Reich, que afirmaba haber descubierto una fuente de energía libre (orgón), a la cual accedía a través de unos "generadores" en los cuales una serie de formas geométricas (asociadas al tetraedro) tenían vital importancia?
En la misma línea, la existencia de un desarrollo tecnológico tan secreto como apartado de la ciencia convencional explicaría que en el seno de las altas esferas militares se produzcan casos como el de famoso Experimento Filadelfia o el HAARP (un proyecto ultra secreto para controlar el clima con fines militares), pasando por las misteriosas actividades que se desarrollan en la mítica Área 51. También quedaría explicada de esta manera la serie de incongruencias y ocultaciones en las que lleva años incurriendo la NASA en lo tocante al tema de Cydonia, o el súbito interés que la Ballistic Missile Defense Organization, dependiente del Pentágono, ha mostrado por la exploración de nuestro satélite, donde según Hoagland podría haber señales parecidas a las dejadas en Marte.
Pero, ¿por qué suprimir una tecnología que podría suponer el inicio de una edad de oro para la humanidad? Aquí ya no estamos hablando de mantener una ventaja estratégica sobre un potencial enemigo o de oscuros intereses económicos asociados a las grandes compañías petroleras. Lo que está en juego en este tema es algo aún más importante. Con una fuente de energía virtualmente gratuita y sin contar con otras insospechadas aplicaciones que pudiera tener la tecnología hiperdimencional (viajes espaciales, transmutación de los elementos, control del clima, etc.) nos encontraríamos ante un cambio radical de toda la estructura social y política a escala mundial.
La energía libre haría que prácticamente cualquier producto de los que adquirimos habitualmente tuviera un precio irrisorio. El sistema económico mundial se derrumbaría bajo el peso de toneladas de oro producido en el laboratorio y que ya no tendria ningún valor. Conceptos como riqueza, pobreza o propiedad se convertirian en meros recursos retóricos, sin ninguna realidad social que los respaldase. Se abriría una época de caos, pero también de esperanza. El poder económico y político caería por su propio peso, despojándolos de los mecanismos que lo sustentan y que pueden resumirse en una breve frase: "la capacidad de administrar unos bienes escasos". Al fin y al cabo, esta es la razon profunda por la cual en un mundo con 1000 millones de hambrientos crónicos y decenas de muertos anuales por inanición se destruyen alimentos, o se suprimen cultivos. La sociedad de la abundancia, como la del pleno empleo, son incompatibles con el sistema.
Sin embargo, si estamos ante un momento en el cual la misma dinámica interdimencional del universo determina un asalto cualitativo en la evolución, no habrá manera de impedir el cambio. Conocedor de los datos que acabamos de exponer, el norteamericano David M. Jinks los ha estudiado cuidadosamente y ha elaborado una impresionante teoría, expuesta en su revelador libro The monkey and the tetrahedron (Glass Moon Press, Seattle, 1999). Jinks llega a una sorprendente conclusión: los periodos de actividad hiperdimensional están intimamente ligados al ser humano y, en la actualidad, estamos a punto de acceder a uno de esos saltos evolutivos. Su argumentación no puede ser más racional. La práctica totalidad de los textos espirituales, antiguos o modernos, insisten en la importancia del amor como llave que abre las puertas de la evolucián humana.
El amor es un flujo completamente libre y sin restricciones de informacián, que puede tomar la forma de palabras, pensamientos o pura energía. En un mundo donde la aceptación incondicional fuera la regla, la energía en todas sus formas fluiria coherentemente sin ningún tipo de resistencia. El amor, descrito de esta manera, sería el estado ideal para la transmisión de la energía. Ahora, consideremos este concepto en términos de física hiperdimensional.
En el punto más alto de uno de estos periodos en los cuales la transmisión de energía desde otras dimensiones crece considerablemente, cuando la geometría del sistema está perfectamente alineada para permitir el flujo de información procedente de dimensiones superiores hacia nuestra realidad, ¿qué sucede? Básicamente, que aquellos sistemas que estén dispuestos a aceptar sin resistencia el flujo energético que les llegue se verán positivamente transformados por éste, mientras que aquellos que opongan resistencia al nuevo patrón de vibraciones sufrirán una serie de consecuencias adversas. Pues bien, a través de las predicciones de la física hiperdimensional. Jinks nos dice que esos periodos de máxima transferencia se dan cíclicamente y vienen a coincidir con aquellos momentos en los cuales se producen grandes convulsiones evolutivas en nuestro planeta, con extinciones en masa de ciertas especies y la aparición de otras.
Lo más inquietante es que todos los datos parecen indicar que ahora nos encontramos inmersos en uno de esos momentos. Es de justicia dejar constancia de que estos grandes ciclos ya fueron descritos con precisión por cosmogonías tan alejadas entre sí como la Maya, la Hindú o la de los indios Hopi norteamericanos, que coinciden en situar en la actualidad uno de estos periodos. Pero, además, existen pruebas objetivas que vienen a confirmar la veracidad de estas antiguas profecías. Una es la llamada resonancia de Schumann, que consiste en una serie de ondas estacionarias de la ionósfera terrestre. La existencia de estas ondas fue propuesta por el físico aleman. W.O. Schumann en 1952. Simplificando mucho, estas ondas pueden ser descritas como la resonancia electromagnéticas del planeta. Es decir, se puede pensar en esta frecuencia como en el pulso vibratorio de la Tierra: un patrón electromagnético que afecta a todos sus habitantes. Este patrón vibratorio es extraordinariamente estable y comprende un rango de frecuencia de 7, 8, 14, 20, 26, 33, 29 y 45 Hz.
La constancia de la resonancia de Schumann es tal que las comunicaciones militares de todo el mundo se han establecido en base a ella. Pero en 1987, sin razón aparente, el pulso del planeta comenzó a incrementarse. Según observaciones realizadas en el Instituto de Meteorología y Geofísica de la universidad de Frankfurt y por la universidad de Alaska, en 1994 ese latido estable de 7,8 ciclos por segundo había aumentado casi un 11% alcanzando los 8.6 Hz. En noviembre de 1996 ese incremento era aun mayor y la habitual estabilidad de esta constante se había perdido, viéndose sometido este ritmo natural a imprevisibles fluctuaciones. Se trata de un hecho alarmante, no sólo porque algo considerado hasta ahora como constante ha dejado de ser fiable, sino porque se trata de un fenómeno inexplicable, por más que los informes oficiales se afirme que es "consistente con las teorías aceptadas" Se cree que la vibración se volverá a estabilizar cuando alcance los 13 Hz, el número siguiente en la serie de Fibonacci, una progresión numérica muy significativa para la física hiperdimensional.
¿Qué podría significar todo esto? Básicamente, que un flujo de energía de origen desconocido no sólo está penetrando en nuestro planeta, sino haciendo subir su patrón vibratorio y, con éste, el de todo lo que el planeta contiene, incluidos sus habitantes. El calentamiento del globo, el agujero de la capa de ozono o el inexplicable fenómeno al que se enfrentan psicólogos de todo el mundo al comprobar como los coeficientes intelectuales de los niños nacidos recientemente crecen por encima de la media, sin que haya causa aparente para ello, pueden ser otros síntomas de que un flujo de energía-información está comenzando a transformar nuestro planeta. De nuestra capacidad para vibrar en armonía con él puede depender nuestra supervivencia o el que venga a sustituirnos una especie que encaje mejor con el nuevo patrón.
A pesar de la incomprensión, cuando no el abierto acoso por parte de las instituciones académicas oficiales, decenas de personas trabajan actualmente para abrir caminos en un campo que podría conducir a la humanidad hacia la tan anhelada edad de oro. En un momento en el cual la tecnología y la ciencia en que se basa parecen estar a punto de tocar techo, tal vez haya llegado el momento, querámoslo o no, de que la humanidad experimente un salto evolutivo que la conduzca a nuevas formas de organización social, política y económica. De ser así, lo más apropiado sería que lo hiciéramos voluntariamente para evitar que la transición resulte dolorosa y traumática. En este contexto, es comprensible que el poder establecido esté dispuesto a todo para evitar que este conocimiento trascienda, porque acarrearía la crisis definitiva de la actual cultura y el nacimiento de otra forma de pensar y de vivir, en cuyo marco no habría espacio para el sistema vigente, vertebrado sobre el trabajo remunerado. El reino de la necesidad daría paso a un reino de libertad sin precedentes. Pero en este caso, quienes actualmente ostentan el privilegio del poder, lo perderían.

http://www.freewebs.com/duende1818/

sexta-feira, 2 de setembro de 2011

Vale Sagrado de Tepoztlan audiolibro

Para factormaya Tepoztlan es un lugar sagrado e importante en la cosmologia maya. Con mas de 22 años de investigacion en la cosmologia maya, ovnis, Tepoztlan, Olmecas, Aztecas, factormaya rinde un tributo a la persona que consideran ser el mayor aportador a la investigacion y estudio del valle sagrado de Tepoztlan es Daniel Ruzo. Sus excelentes trabajos, su pasion nos lleva a rendirle un tributo al exponer su gran obre El sagrado valle de Tepoztlan en audio. Esperamos lo disfruten tanto como nosotros lo hemos hecho

quinta-feira, 1 de setembro de 2011

A SHAMBALLA MERIDIONAL

De forma semelhante à "Jerusalém", uma possível etimologia da palavra Shamballa confere um sentido de "reino da paz" -em sânscrito, Shama significa "paz", e Bala "poder". Para o Tibetano, a paz é um dos atributos da Vontade, que é a energia-de-raio mais própria deste Centro. Ver também outras matérias sobre Shamballa nesta obra.
No conceito de paz, temos embutida a imagem da convivência harmônica dos contrários. Servindo portanto para aludir à variação sazonal ou à equânime diversidade climática do paralelo 30, já que ali as Quatro Estações ocupam o mesmo tempo e espaço -no caso, através de rodízios. É como se fosse uma democracia do clima, havendo um momento predestinado a cada necessidade e tendência natural.
O sistema político do rodízio, é uma fórmula encontrada pelos povos para o equilíbrio social. Outra fórmula que temos proposto, é a da regionalidade. De modo que cada classe, seja responsável por uma esfera de poder (em termos de grandeza e unidade) condizente às suas capacidades e estados de consciência. Assim, os proletários se ocupam do poder municipal; os burgueses do poder estadual; os aristocratas do poder regional, e o clero do poder nacional. Com isto teríamos um definitivo enriquecimento do convívio social, talvez ainda mais próspero que o sistema de rodízios (já que seria mais estável), que de resto nem por isto seria de todo abandonado, mas sim adaptado a cada instância de poder, segundo a sua própria vocação.

Uma visão atual

Por toda uma década, o nosso trabalho esteve profundamente vinculado ao conceito geográfico central ou de paralelo 30 -ou da Shamballa Meridional-, focalizando a região que tem permitido reordenar intelectualmente, a partir dali, todos os códigos originais da civilização.
Diante da previsão de mudanças do foco hierárquico de um lado, assim como das novas propostas de ação sócio-cultural em outras regiões do país –reconduzindo o nosso foco uma vez mais para o paralelo 15– de outro lado, é importante contudo, redefinir como fica aquela perspectiva geográfica anteriormente focalizada, de uma forma quase exclusiva.
Ocorre que, a visão do paralelo 30, mais como uma base do que um objetivo, é aquilo que permite que este Centro envie regularmente emissários para transformar o mundo, onde isto for possível e necessário -tal como vem a ser, aliás, uma das tarefas tradicionais e mais reconhecidas de Shamballa. Ao longo dos tempos, deste Centro tem sido enviados mensageiros e emanadas doutrinas, tal como o Kalachakra budista. Acima de tudo, tanto quanto nos mitos, o tema está presente nas profecias hindus, onde afirmam que de Shamballa surgirá o Kalki Avatar, concluindo assim o ciclo de manifestações do deus Vishnu.
Assim, a rigor, não houve uma real mudança de pontos-de-vista, mas apenas de ênfase, enfoque ou perspectiva, já que, essencialmente, o nosso trabalho está vinculado às energias eternas do paralelo 30.
Porém, observamos comumente a forma como o despojamento nos brinda com uma visão mais ampla das coisas. Neste caso, no mesmo momento em que abdicamos ao foco imediatista do paralelo 30 -coisa que, é verdade, já havíamos anunciado pela nova valorização cíclica de outras latitudes, pese tudo o que a latitude 30 possa apresentar de ideal em termos atuais ou potenciais-, somos presenteados com a clara percepção do papel permanente do paralelo 30 na evolução do mundo!
Esta visão fora, em parte, eclipsada pela recente coincidência entre ênfase racial e universal, presente na raça árya, em torno desta coordenada. Porém, no momento em que nos dispomos a de fato organizar a nova raça, percebemos também que este foco central jamais será perdido, porque sua condições são também únicas e universais, servindo de trono divino permanente. E com isto, passamos a classificar "oficialmente" o paralelo 30 Sul como a "Shambala Meridional", em contraparte à tradição tibetana de nomear a "Shambala Setentrional".
Em parte, isto se deve à "renúncia" de ver a Hierarquia também no poder temporal do mundo, ainda dentro deste ciclo ou ronda humana. Como poderes puramente espirituais, Shamballa seguirá iluminando e orientando a humanidade, seja a partir de seu novo Centro Supremo e divino do Hemisfério Sul, seja a partir de suas ramas históricas e hierárquicas, no caso, a partir do paralelo 40 -realidade esta última todavia, e ao contrário do Hemisfério Norte, bastante incipiente ainda ao Sul do Equador, havendo territórios continentais apenas na América Meridional, o que pelo menos asseguraria a exclusividade do foco. Seja como for, a conexão entre estes dois pólos, será seguramente uma das chaves para a definitiva integração do Cone-Sul.
Como porta-vozes da Alta-Iniciação e representantes de Shamballa (na tripla acepção do termo: uma dimensão espiritual divina, um território geográfico central e uma dimensão mítica suprema), o nosso primeiro impulso foi, enquanto autodidatas pela própria natureza dos trabalhos, de fato empreender de forma algo intransigente o que entendíamos ser a defesa dos interesses da Hierarquia, seus valores e potenciais -e como esfera mais próxima a Shamballa e sua associada direta que vem a ser. No sentido de ascender a Hierarquia sobre a humanidade para lhe orientar, conforme tantos mitos parecem indicar, e mesmo certa lógica evolutiva. Contaria-se, para isto, também com a compreensão e a disciplina das classes superiores.
Com o passar dos anos, esta perspectiva foi se alterando, até o momento em que percebemos claramente os limites da atuação hierárquica -ou seja, que deveria manter-se algo informal, a exemplo de Shamballa-, sobre aquela que passamos a designar então como "a história dos homens".
Voltamo-nos assim mais para os interesses autênticos da humanidade, a partir de ótica pura de Shamballa e em confluência com os seus propósitos. Coisa que, de resto, jamais deixou, de um modo ou de outro, de estar presente em nossas atividades, dada a própria natureza geral dos enfoques.
Ao mesmo tempo, percebemos através atuação mais direta entre Shamballa e a Humanidade, que estamos trabalhando na organização daquelas classes superiores -como de resto de algum modo sempre o fizemos (a isto se destina, por exemplo, os trabalhos sobre Monarquia e Teocracia)-, que são as que se aproximarão cada vez mais das coisas sagradas e divinas, dando-lhes espaço e seguindo-lhes as orientações, uma vez que elas mesmas se acham positivamente a caminho do sagrado.

Futuro e desafio do paralelo 40

É claro que tudo isto coloca sérias questões para o Hemisfério Sul, que além de ter poucos territórios nesta latitude dos 40 (e ainda assim praticamente os únicos no Hemisfério Sul, conforme vimos), ainda apresenta ali uma vida cultural incipiente, vindo a exigir talvez no momento propício, uma verdadeira recolonização nas regiões adeqüadas, tendo em vista a organização do novo pólo de cultura mundial -e que deverá confirmar a profecia de que a pirâmide Tetralucis será erigida nos pampas...
Com relação a qual o caminho percorrido para este amadurecimento final, ou para a completação desta visão de mundo de contornos mais pragmáticos, diria que os fatores que possibilitaram esta guinada ou integração conceitual, foi a clara percepção histórica das realidades sócio-culturais -ou seja, o aprimoramento de uma Antropologia e de uma Sociologia. Enquanto estava fixado em conceitos mais gerais (como o de paralelo 30, por exemplo), preservava uma visão utópica e finalista. No mais, o fato de a região já se encaminhar para a perfeição (acrescentados de nossos limites, físicos sobretudo, para pensar de maneira mais desafiadora), fazia parecer que este seria realmente o grande foco de trabalhos, e que o resto andaria "a reboque", a partir desta referência original. Mas na medida em que descemos aos detalhes práticos, inicialmente através das religiões e das raças, e depois mediante as classes e as culturas, foi não somente possível, como também necessário afastar a mente do plano utópico "atemporal", para adentrar na esfera do realismo histórico. Enfim, todo este quadro foi sendo construído, pela progressiva valorização da diversidade.
Isto significa que, em definitivo, o paralelo 30 já não representa um foco racial ou hierárquico. O que se pode esperar é, isto sim, que todos os avatares apareçam no paralelo 30, por se tratar este da faixa shambaliana. Assim, em termos atuais, o paralelo 30 apenas tem significado desde o ângulo da Mercabah ou da Tradição da Cúpula de Cristal, por se tratar o presente momento de um divisor de ciclos, sujeito à servir de palco para uma grande renovação universal. O que sucedeu durante a raça árya, foi a coincidência de a Hierarquia se manifestar nesta latitude, em função de sua posição evolutiva de então. Porém doravante, o cânone racial se transladará para o paralelo 40. E é para lá que a nova Tradição Tetralucis, ou a nova cultura da humanidade, deverá remeter os seus maiores esforços. Mais que isto, este paralelo também se vincula à nova Hierarquia, ou à quarta rama de Shambala, através da humanidade, isto é, mediante o vínculo inescrutável existente entre ambas a esferas.
E isto é um grande desafio para o Hemisfério Sul, porque, ao contrário do Hemisfério Norte, não existe aqui muito território e ainda menos vida organizada nesta latitude. Para o Brasil em especial, representará uma provação particular, no sentido de que o país não possui terra nesta faixa. Isto determinará uma urgência e a importância em fomentar a unidade do Cone-Sul.

Contudo, até para isto, é preciso antes reorganizar o país, e concluir a sua formação sócio-cultural. Dentro de outros cinco séculos de história, será preciso organizar um sólido eixo cultural entre os paralelos 30 e 40. A presença de centros nesta latitude remota da América do Sul, será vista inclusive como um fator de segurança. Antigamente se dava valor à ilhas como fator de segurança, mas hoje em dia tal coisa não faz muito sentido, até pelo contrário.
Assim, ao contrário do que alguns têm pretendido, o paralelo 30 já não é e nem será um pólo de expressão da hierarquia, embora siga sendo e sempre será, o grande foco de manifestação da divindade. As dificuldades surgidas para a organização do suposto novo "ashram" racial do paralelo 30 proposta por alguns, poderia ser tomada como prova da inconsistência desta proposta.
Também se poderá pretender se tratar de algo precoce que ainda deve amadurecer, por se estar ainda organizando a nova civilização. Em parte, este argumento tem substância, porém, o principal fator, seria que os novos pólos hierárquicos passarão já ao largo do paralelo 30. Mantemos, contudo, a nossa recente visão, no sentido de que a conclusão da formação nacional, se dará efetivamente no Sul, centralizada muito provavelmente no próprio paralelo 30, mas não apenas por se tratar do centro hemisférico e sua avançada síntese cultural, como também pela natural confluência cultural internacional existente na área, dentre outros possíveis fatores. Ou seja: os mesmos motivos que fazem ainda hoje este "apêndice" do país ser hoje bastante negligenciado de forma algo preconceituosa, até porque existe muito para ser integrado neste país-continente, será amanhã, quando chegar a verdadeira hora da integração continental, o próprio motivo de sua ênfase e valorização, tendo em vista inclusive a organização do novo ashram, através do eixo entre os paralelos 30 e 40 que se criará então.
Assim, falar hoje de paralelo 30, significa de um lado história, e de outro aludir à revelação divina; em termos atuais, se trata da manifestação não tanto da hierarquia, como da própria divindade.

O futuro ashram racial do paralelo 40, será o que se poderá com propriedade chamar de cultura polar, pois esta faixa já ultrapassa o centro do hemisfério em direção aos pólos; tal como a civilização atlante, focada no paralelo 20, era chamada de cultura tropical, e a civilização lemuriana, por sua vez, de cultura equatorial. Em relação ao novo ashram, não haveria nenhuma necessidade de definir com maior precisão o quadro, porque este será o último desta ronda mundial ou do ciclo humano de evolução. Ainda que seguramente, há muito, exista vida e cultura humana em latitude ainda mais elevadas.
Existe uma explicação sistemática para a ocupação das latitudes, antes de sua organização como ordem civilizada e ashram hierárquico. Assim, como se pode relacionar a ordem hierárquica às faixas do planeta, o mesmo se pode fazer em relação às raças. Ou seja: a terceira raça atinge o paralelo 30, a quarta raça atinge o paralelo 40, e assim por diante. Mas nem por isto, estas latitudes mais elevadas serão objetos de uma ordem civilizada -ao menos não nos padrões da civilização tradicional, que implica em algo mais universal; já que em termos físicos modernos, isto ainda é possível e sucede mesmo, pese os desafios e os custos que isto acarreta para a existência humana.
Nisto, é muito interessante observar que o paralelo 30 foi ocupado pela humanidade lemuriana, na qual sucedeu o advento de Shamballa, há cerca de 15 mil anos, mais ou menos no momento em que o homem atlante, asiático ou amarelo chegava às Américas; momento que correspondeu também ao da última glaciação.
Pode-se então perguntar: afinal, quem abre caminho para quem, a humanidade ou a hierarquia? Realmente existe aqui uma via de dupla-mão, como o leitor poderá imaginar. Desde o ângulo espiritual, a Hierarquia abre caminhos para a humanidade, ao passo que, desde o ângulo material é a humanidade que abre caminhos para a Hierarquia. Não há dúvidas de que a Hierarquia seja pioneira na busca da cultura e na concretização dos caminhos espirituais. É ele que realiza os experimentos internos que resultam no progresso da cultura, através de sua dinâmica aspiração espiritual. E da forma como segue de maneira fiel e criativa o dharma dos avatares.
Por sua vez, sabe-se que os interesses humanos, determinam originalmente rotas físicas no mundo, para fins de migração e comércio por exemplo. Com isto se organizam estruturas básicas e se unem nações, em prol de tais intercâmbios. Sobre estes mesmos caminhos, também transita então o dharma, realizando trocas culturais importantes e alastrando a luz espiritual.

História e eternidade no Paralelo 30

Na atualidade, pretendemos deixar em definitivo claro o papel do paralelo 30 na história universal, sem distorções ou exageros, assim como sem reduçõese preconceitos. Dez anos após darmos início às nossas primeiras divulgaçõe sem Geografia Sagrada, tendo como marco histórico a publicação do Jornal Paralelo 30, estamos plenamente habilitados a realizar uma síntese de nossas posições, e também da situação atual do país e do mundo, numa formulação clara e, mui provavelmente, definitiva.
Assim, desde o ponto de vista da hierarquia, a luz do paralelo 30 já é apenas história -ainda que, como comumente sucede nestas questões, também sirva de sementeira para grandes questões proféticas. Não faltará contudo, quem pergunte se isto não compromete a validade espiritual de nosso próprio trabalho, ou de outros que porventura tenham aparecido ou se desenvolvido nestas latitudes no último século. Pois bem, naquilo que nos diz respeito, a resposta é negativa, e pela seguinte razão.
Desde o início, deixamos claro que o nosso trabalho não advém do centro da Hierarquia, e sim de Shamballa mesmo. A detida avaliação das realidades hierárquicas e até humanas, não diminui este plano de trabalhos, apenas define um serviço voltado para a reorganização destas esferas; além de integrar certas "recapitulações" shamballianas.
E como tal, o paralelo 30 é uma referência permanente e original, ainda que cíclica, já que suas revelações tendem a ser são dadas ao mundo sob o intervalo de séculos e até de milênios. Quanto a outras manifestações surgidas nos tempos atuais nestas latitudes, isto deve ser visto como "reminiscências", ou atribuído a um certo complemento, coisa também existente no contexto das revelações shambalianas, ainda que este quadro apresente uma difusão quase infinita, tal como, na época do Buda, apareceram expoentes hierárquicos em todas as partes do planeta, como que a confirmar a tradição védica do advento dos rishis para completar o trabalho dos Manus; quadro este sempre favorecido pela excepcional contextualização do paralelo 30.
Podemos também dizer que as prospecções havidas no final do século XX, em torno da criação de um ashram hierárquico no paralelo 30 (adeqüadamente identificado como o quarto ashram), sugerem um ressurgimento residual de valores áryos em torno da região (daí o seu equivocado nexo com Mercúrio), somada à renovação que esta região, identificada como a própria rota das grandes revelações, sempre traz na época das grandes restaurações do mundo; como é o presente momento da Terra.
Bem mais que um "canto do cisne" da hierarquia, estas manifestações podem ser entendidas como um ensaio e a busca de novos caminhos, sendo evidente que, neste contexto, nenhum trabalho alcançou um tal desenvolvimento, amplitude e espírito de síntese que o de LAWS, voltado para a reconstrução da civilização em toda a extensão do termo, apontando já não apenas onde a humanidade deve chegar, como também a forma de fazê-lo.
Todas as formulações anteriormente apresentadas por nós, seguem válidas no seu essencial e aproveitáveis de um modo ou de outro: seja a concepção radial ou solar de Nova Albion, onde a luz de Shamballa ganha o mundo a partir do paralelo 30; seja a grande tradição árya que, de resto, se habilita como paradigma para a ronda vindoura (já inteiramente shambaliana); ou mesmo o caráter assistencial, lunar ou cíclico, apresentado em nossas obras mais recentes, baseado por exemplo na manifestação periódica dos avatares nesta faixa shambaliana, e cujo intervalo pode suceder por vezes sob o registro de séculos, e não de milênios, como aconteceu no intervalo havido entre Buda e Jesus, separados apenas cinco séculos no tempo (em alguns casos o ciclo pode ser ainda menor).

A terra oculta

Assim, em função da rica herança cultural árya, centrada no paralelo 30, tem surgido nestes tempos de transição, grupos e autores que pregam a importância desta região para a restauração da cultura universal, e até mesmo a idéia do aparecimento de um novo ashram hierárquico na região (o que já denotaria um atavismo sem cabimento). Ainda que não tenham chegado a se organizar politicamente -no que seria talvez uma atividade humana-, e nem ao menos em termos mais espirituais -uma forma mais ligada à hierarquia-; o que seria uma prova da falta de fundamento destas teses. Tal como também tem aparecido, mais junto aos trópicos, nesta época de renascer das Américas, grupos e pensadores propondo o resgate da cultura atlante pré-colombiana, ou focada no paralelo 20.
Ambos os segmentos têm lá as suas razões, ao mesmo tempo em que devem contudo se reciclar. Todo este trabalho é útil apenas como um resgate preliminar, ou um treinamento para as coisas futuras, por assim dizer.
No paralelo 30, o que teremos agora -como sempre foi, porém enfatizando doravante o Hemisfério Sul-, é a atividade do centro maior de Shamballa. Que é um pólo permanente, porém em ampla medida invisível, por destacar em sua natureza aparente a harmonia das coisas naturais, e na sua sabedoria aqueles mistérios mais sagrados e ocultos. Apenas a hierarquia e, sobretudo a humanidade, é que buscam maiormente dar uma forma própria ao sagrado, através da doutrina e da arte, por exemplo, com destaque para a arquitetura.
Tudo isto -luz, doutrina, arte- até poderá emanar uma vez mais do paralelo 30, já que é chegada uma época de grandes fundações -o chamado momento-Shambala. Porém, sempre com destaque para o mais profundo. Em nossa visão atual, pensamos que, ocasionalmente, o paralelo 30 possa e deva vir a se tornar um eixo no futuro do continente, dada a riqueza de fatores que enfatizam a região. Porém, isto deverá ser compartilhado com os verdadeiros pólos atuais, humanos e hierárquicos, tal como será o paralelo 40.
Caberia, contudo, agregar mais algumas visões clássicas de Shamballa ao contexto meridional. Um dos aspectos mais notáveis deste mito, diz respeito à sua inacessibilidade geográfica e, talvez, ainda mais, do próprio refinamento intelectual do símbolo. Existe aqui na verdade dois fatores, um histórico e outro perene.
De fato, muitos fatores concorrem para o Sul ser este "estranho" ao Brasil, entre eles a sua condição de fronteira e a própria aristocrática índole altaneira sulista. Para aqueles do Centro do país, detentores tradicionais do grande poder, e que se embeberam de longas tradições políticas e cultura refinada, é difícil admitir que sociedades novas e povos guerreiros aspirem à uma legítima vocação ao poder e ouse desafiar as suas torres. No caso, temos também a reedição de um clássico embate entre a decadência civilizada e a renovação protagonizada pelos estóicos povos das estepes, onde os ditos civilizados sempre buscam diminuir o valor destes ditos "guerreiros bárbaros", como incapazes de administrar a civilização, quando na realidade a História demonstrou muitas vezes que a coisa não é assim tão simples: importantes renovações civilizatórias surgiram destes processos, bastando mencionar os toltecas e os mongóis. Não por acaso, a missão de um Getúlio Vargas permanece como a grande estrela nacional.
Também difícil é assimilar este Sul "perfeito", que à primeira vista se deve à colonização européia, mas que um olhar mais profundo pode revelar muitas outras influências, especialmente a vocação de equilíbrio do homem local, sob a harmonia da ciranda das Estações. Eis um homem que preserva as raízes do seu telurismo, ao mesmo tempo em que aspira pelo progresso material e o avanço na modernidade -um homem com raízes profundas, com certeza, habilitado por isto a voar muito, muito alto!
É incompreensível, enfim, este contraste entre a rudeza manifesta e a vocação universal também não raro revelada. No mais, é mister reconhecer que o Sul também está em evolução, ainda que dentro de sua forma peculiar de evoluir. Por esta razão, o Sul segue e seguirá sendo ainda um tesouro oculto, manancial de altas vocações que um dia despontará com luz universal plena.

Paralelo 15: o trabalho atual

Porém, se o paralelo 40 representa o centro da futura humanidade em seus vínculos com a Hierarquia, e o paralelo 30 significa uma luz eterna e imorredoura vinculada à divindade, pode-se dizer talvez, que o coração deste processo civilizatório em construção, se acha por sua vez na grande nação brasileira, com suas próprias balizas geográficas, e que decorre em plena região tropical (paralelo 20), podendo contudo oscilar em toda a sua extensão territorial, que vai desde a faixa do Equador (e além), até a faixa temperada do paralelo 30 (e além).
Nestes termos, na atualidade estamos focalizando a região que tem por centro o paralelo 15, centro da faixa vigesimal (10º a 19º), portanto, e que centralizava e simbolizava as culturas pré-colombianas (Peru, México).
Isto implica, naturalmente, a revivescência dos valores e costumes atlantes, com atenção às questões psico-emocionais, devocionais, conjugais, etc. Ao mesmo tempo, socialmente falando, o processo em questão já envolve uma dimensão terciária, vinculada à formação da aristocracia nacional. E isto já aporta valores áryos e mentais, desde o início do século XX, e por um período de dois séculos aproximadamente.
http://geografia-sagrada.blogspot.com