terça-feira, 14 de dezembro de 2010

Códice de Dresden, Folio 37

DECODIFICANDO UN MENSAJE MAYA

Matemáticamente encriptado.
Nota del autor: soy Guillermo Hernández, colombiano, estudioso del legado maya en su capítulo de América. He dado por concluido, tras 18 años de estudio, el que será mí segundo libro en entrar a proceso editorial, lo cual por supuesto no tiene nada de novedoso. No obstante, siento como compromiso para con la Humanidad y dada la cascada de acontecimientos planetarios cada vez a más corto plazo, haceros un adelanto del descubrimiento por decodificación, que he logrado deducir de un aparte del Códice Maya que llaman Dresden; decodificación ante la cual continúo sorprendido, pues sus implicaciones comprometen al género humano ya en los albores de su tercera graduación planetaria, que por fuerza deberá ocurrir obedeciendo a la dinámica del astro tzol que nos contiene, alimenta y regula.
La obra que será editada por Ituci Siglo XXI en dos tomos, llevará por título “Retorno A- Malla”, para replantear el sentido de la vida. siendo su último capítulo, el Trece, la bitácora de este hallazgo, importante en esta época y cuyas más de 120 páginas resumiré en esta sencilla presentación, con el propósito de compartiros mi alegría por el logro, pero a la vez poneros sobre-aviso ante la inminente posibilidad de que en los alrededores del 2.012 se de el cumplimiento de ese aspecto de la Ciencia profética maya, que tiene que ver con el cambio de polaridad magnética del tzol y por tanto, de todos los planetas; lo cual si bien ha sido pregonado no había sido demostrado matemáticamente hasta ahora, habiendo reposado durante más de un milenio a la espera de su decodificación. Hemos asumido que la instrucción maya de Tiempo es matemáticamente perfecta, lo que no sabíamos era que ese grado de exactitud reta los avances de la Física del espacio contemporánea. Recibid entonces, este hallazgo como un regalo al cierre del giro Semilla Auto-existente Amarilla como una cimiente que os ayude a tomar Justas Decisiones en el futuro inmediato.

DECODIFICANDO EL MENSAJE MATEMÁTICO DE LOS MAYA
1. Respecto del Tzolkin o calendario sagrado maya.
2. Respecto de los Campos magnéticos del Tzol.
3. Respecto de los ciclos de manchas Solares.
4. ¿Es posible demostrar matemáticamente la posible ocurrencia de un cambio de polaridad magnética solar y terrenal?
¿Qué es un Vector de Campo Magnético?
Es la manifestación como fuerza de una corriente eléctrica ligada a la existencia de un imán, llegando a determinar lo que se conoce como una Fuerza Magnética.
Las Fuerzas, se expresan como Campos de Energía.
La principal fuente o Campo de Energía para la tierra es el Sol, a juzgar por su continua presencia; por tanto, podemos afirmar que de él recibimos la mayor proporción de fuerza electro-magnética.
El vocablo Sol deriva o deviene del vocablo atlante: Tz-ol, aquello
que de antaño vibra y emite señales; esas señales son las que
llamamos genéricamente electro-magnéticas; el tzol entonces, es un oscilador-emisor de formas de onda hacia el entorno.
La dupla binaria: eléctrico-magnético, es un par asociado con dos componentes interdependientes; un campo eléctrico sostiene a uno magnético, mientras que un campo magnético induce uno eléctrico.
Nuestro tzol no escapa a esta consecuencia de ley natural, su eje polar norte-sur es de naturaleza eléctrica positivo-negativo; su entorno ecuatorial es de naturaleza magnética en virtud de su o
amplio movimiento rotacional. Y entre ellos, sus vectores de fuerza ejercen
acción perpendicular uno sobre otro.
La Corona de plasma solar visible, es una consecuencia externa
respecto del núcleo de hierro del tzol, que en realidad es una fracción
de enana blanca, replicando el proceso de un tzol anterior que explotó
como una supernova, presumiblemente Sirio B.
Nuestro tzol kinich Ahau en particular, tiene un movimiento de rotación ecuatorial de 26 días del tiempo de la tierra, mientras que la rotación polar es más lenta, a razón de 37 días por giro.
La rotación ecuatorial del tzol es observable a simple vista, o con la ayuda de espejos, siguiendo ciertas irregularidades al parecer oscuras en la superficie del tzol, a las cuales se denominó “Manchas Solares”.
A su vez, la rotación polar del tzol no es observable desde la tierra ni desde ningún planeta, porque estos orbitan dispuestos muy cerca al plano eclíptico ecuatorial del tzol. Nuestra ciencia del método científico ha venido a descubrir tal rotación a través de cálculos, con la ayuda de matemáticas esféricas especiales y últimamente lo ha corroborado con la ayuda de las sondas espaciales de observación satelital.
El dilema que resulta es: ¿cómo descubrieron este fenómeno, pueblos u observadores que elaboraron sus cálculos a partir de ello, sin tener –se supone-, la tecnología ni el desarrollo matemático para ello?
Ahora sabemos, que al menos, mayas y egipcios hicieron uso de este conocimiento, sin que se sepa de dónde ni cómo lo dedujeron; pero el problema para la ortodoxia cientificista resulta ser la exactitud de tal conocimiento.
ROTACIÓN DE LOS CAMPOS MAGNÉTICOS SOLARES Y SUS REFERENCIAS CODIFICADAS
El Campo magnético ecuatorial, barre 360o en 26 días de la tierra: -360 es una medida maya de tiempo en días, el llamado ciclo TUN, usado para contabilizar grandes ciclos de la tierra en relación con estrellas; a su vez dicho micro-ciclo se subdivide en 18 veces 20 días. -26 es el doble de 13, cifra código por excelencia para lo maya, especialmente referida a los Trece Principios de Creación, emanados de una cosmología de existencia de Trece Cielos o dimensiones de No-Tiempo.
-260 días será el tiempo en el cual, el campo magnético ecuatorial solar tarda en barrer diez giros o revoluciones completas de 360o, para un total de 3.600o, el número de segundos en una hora terrestre. Pero resulta que 260 días es una de las aplicaciones de la Matriz Armónica Maya, que combina 13 numerales o Tonos
de frecuencia galáctica, con 20 glifos o sellos solares que describen cualidades de los campos electromagnéticos del tzol.
Por tanto, nos encontramos ante la evidencia de que el Tzolkin maya es mucho más que un simple calendario ritual, es un codificador del magnetismo solar y por tanto, es un regulador de la memoria solar-galáctica.

ROTACIÓN DE LOS CAMPOS MAGNÉTICOS SOLARES Y SUS REFERENCIAS CODIFICADAS
El campo magnético polar del tzol barre 360o en 37 días de la tierra: -Cuando conviertes a semanas de siete días el ciclo de gestación humana, te encuentras que es de 37 para lograr el desarrollo intrauterino óptimo, es decir, 259 días, uno menos que 260; a lo cual le seguirán dos semanas más, para afianzar lo conseguido y preparar la continuidad con un cambio de escenario a través del nacimiento, presumiblemente a las 39 semanas, o lo que es lo mismo, 21 veces 13 = 273 días, tres estaciones climáticas de 91 días.
-Cuando divides 21 /13 = 1,6153846153846153846153846153846; haciendo parte ambos números de la serie Fibonacci de proporción áurea, de total aplicación al desarrollo del feto; pero lo interesante para nuestros cálculos está en la parte decimal resultante, que cuenta con una cifra de seis dígitos que se repite periódicamente: 846153 (no la perdáis de vista).
Así como 37 está implicado en la dinámica de dar a luz al ser humano, en el tzol, la
implicación está dada con la dinámica de las Manchas o Explosiones solares, en un ciclo binario de 23 años de la tierra; justo el número de cifras en el folio 37 Dresden.
AVANCE DIARIO DE LOS CAMPOS MAGNÉTICOS SOLARES:
Si el Campo Magnético Ecuatorial describe un círculo en 26 días, en un día barrerá:
360o / 26 = 13,846153846153846153846153846153o
Si el Campo Magnético Polar describe un círculo en 37 días, en un día barrerá: 360o / 37 = 9,7297297297297297297297297297297o
Si ambos campos iniciasen a cero grados de distancia:
¿Cuándo volverían a coincidir a cero grados de avance?
R/. Volverían a encontrarse después de 26 x 37 días = 962 días Ver tabla de Avance diario de los campos magnéticos solares durante el sub-ciclo
de 962 días, en apéndices del segundo tomo del libro “Retorno A-Malla”.
DECODIFICANDO EL FOLIO 37 DEL CÓDICE DRESDEN
Cualquier página de un códice maya, está escrito de tal manera que requiere una decodificación preliminar, para enterarse del tema del cual está tratando.
No obstante ello, esa primera lectura aporta tan solo datos que pueden resultar inconexos, si no se descubre también el contexto que le codifica de cara a otra lectura más compleja, pero de mayor fuerza informática.
Este es el caso del folio 37 del Códice Dresden -que consta de 74 folios- por tanto, estamos centrando la atención justo en la mitad, no solo por los datos que en él están contenidos, sino por la suspicacia de tratarse del folio 37, tan enigmático como aquello del cómo llegaron los maya a saber de la rotación polar del tzol en 37 rotaciones de la tierra.
*ver la decodificación primaria de tal folio; son solo números e hipotéticas fechas en el pasado, pero con una coherencia aplastante.

Decodificación primaria del folio 37 del Códice Dresden

La discriminación por color es idea de quien esto decodifica para facilitar al lector el seguimiento de secuencias. En negro, la equivalencia de cada cifra con ciclos importantes para los maya, tales como el Sinódico de Venus (584), la órbita terrestre no relativista (365), el Tzolkin (260).
En rosa el desglose de la cifra 37.960 en 13 veces 2.920: en los extremos de la columna derecha, una clave para la decodificación final.
La sumatoria de las cuatro primeras cifras en función del giro terrenal (365) del ciclo sinódico de Venus (584) y del Tzolkin (260); 4 cifras múltiplos de 37.960 x 1, x 2, x 3, y x 4, para una suma parcial de 379.600, equivalente a 1.460 tzolkines de 260 días.
La sumatoria de las siguientes cuatro cifras, solo en función de 260 Es de 296.400, equivalente a 1.140 tzolkines de 260 días. (185.120 + 68.900 + 33.280 + 9.100)
379.600 + 296.400 = 676.000, equivalentes a ¡2.600 tzolkines de 260 días! Esta no es una cifra colocada al azar, es una señal a seguir.
Donde: 676 = 13 x 52, el llamado Oxlahun-tikú maya, de donde 676.000 = 13 x 52.000 (2 x 26.000 v.abs. del ciclo pleyadiano del tzol en tunes).
Si a 37.960 / 676 = 56,153846153846153846153846153846; vuelve a aparecer la cifra periódica inquietante subrayada. Otra señal.
La parte inferior de la página contiene una sucesión de 12 cifras distanciadas 2.920 días (37.960 /13) codificador de Venus: 2.920 = 5 x 584 = 8 x 365, de proporción áurea Venus-tierra.
En el folio aparecen 22 cifras y una extra (2.200) que por estar aislada tal parece tendrá un valor de verificación. 22 es un número maya importante (13 cielos, 9 inframundos): 37.960 x 9 = 341.640 = 151.840 + 113.880 + 75.920 = 584(584 +1); ahora: 13 x 9 = 117 (ciclo sinódico de Mercurio en días): 2.920 x 117 = 341.640. Así como 2.920 x 13 = 37.960; 37.960 x 9 = 341.640: cifras entrelazadas
En la parte inferior izquierda del folio, aparecen dos cifras que al ser restadas, arrojan la enigmática cifra 2.200, también señalada a la izquierda de las anteriores. Una de esas cifras, es 1’366.560, el llamado número clave para buena parte la codificación maya, también llamado número de Pakal Votán. La otra es la cifra 1’364.360 denominada por los antropólogos: “fecha base primaria” (1 Ahau, 18 K’ayab) tal como dice en el folio 37.
37.960 x 36 = 1’366.560; donde 36 es la cuarta parte de 144 que es el codificador humano por excelencia. 37.960 x 4 = 151.840 (1a cifra sup. derecha)
1’366.560 / 20 = 68.328 días, un Gran Ciclo Teórico de Manchas Solares; mientras que el ciclo real observado es de 68.302 días (Cotterell), a 26 días de distancia del teórico, un giro ecuatorial del tzol.
A su vez, 68.328 = 584 x 117, ciclos sinódicos respectivos de Venus y Mercurio, los dos planetas entre la tierra y el tzol. ¡Impresionante!
DECODIFICANDO EL FOLIO 37 DEL CÓDICE DRESDEN
Al multiplicar la cifra encontrada como sumatoria de otras ocho en dicho
folio 37, por el avance magnético ecuatorial diario, veamos qué arroja:
676.000 x 13,846153846153o = 9’359.999,999999999999428o; es decir: 9’360.000o , lo cual es verdaderamente espectacular, puesto que esta nueva cifra representa en días el Gran Ciclo Maya Pleyadiano de 26.000 tun: 26.000 x 360 = 9’ 360.000 días, lo cual no es una simple casualidad.
El número armónico de la cifra anterior es 936 que está codificado en sistema lineal de medidas maya en la maqueta de la vía principal de Teotihuacán como: 936 + 936 + 396 = 2.268 = 6 x 378, seis ciclos sinódicos de Saturno, para la extensión de la calle principal del emplazamiento que tiene 2 x 378 = 756 de ancho, también la distancia entre las cúspides de las dos mastabas principales, del Tzol y de la Luna. Este complejo arquitectónico representa al Sistema Planetario que habitamos, regido por Kinich Ahau, por tanto, sus dimensiones llevadas a la estructura de Tiempo (Saturno), nos ponen en antecedentes de la relación entre el Tzol, sus dinámicas electro-magnéticas y los planetas.
Podemos por tanto, realizar la cuenta inversa: 9’360.000 / 676.000 = 13,846153846153846153846153846154
Lo anterior ya es un hallazgo de suma importancia, pues evidencia que el ciclo de 26.000 tun está en función del avance del campo magnético ecuatorial del Tzol, pero también en función del tzolkin maya de 260 días. Lo cual hasta ahora jamás ha sido dicho ni por las tradiciones ni por los investigadores.
El cociente anterior: 13,846153846153846153846153846153 significa que en 9’360.000 días caben 13 veces 676.000 días, es decir: trece ‘Oxlahún tikú’ de Oxlahún tikunes de 52.000 días (144,444 tun de 360), más una fracción; veamos qué representa esa fracción decimal en este caso:
0, 846153846153846153846153 x 676.000 = 572.000 (cifra redonda) pero la perfección de estas cifras no se detiene ahí: 572.000 = 260 x 2.200, es decir, que también la parte decimal periódica está en función del tzolkin maya de manera perfecta, lo cual adicionalmente explica el significado de la enigmática cifra 2.200 en el folio 37.
572.000 días equivalen a 1.566 orbitales terrestres más 31 días, desde 446 d.Jesús. Por esa época en América daba inicio el Décimo Baktun, el de los Maya, mientras que en Europa se vivían los antecedentes a la caída del Imperio Romano.
Sabíamos que una cualidad de lo maya estaba representada por la precisión en los cálculos, pero lo que estamos demostrando se sale de toda previsión, porque además, esto demuestra que conocieron la escritura numérica decimal tal como nosotros ahora, pues estos números con largas cifras periódicas de aproximación son imposibles en el sistema de notación de puntos y rayas.
Unas últimas verificaciones:
676.000 / 962 = 702,7027027027027027027027027027; ahora:
13 x 676.000 = 8’788.000 que sumados en 572.000 = 9’360.000 en los cuales:
8’788.000 / 962 = 9.135,1351351351351351351351351351; mientras que:
572.000 / 962 =    594,59459459459459459459459459459; sumando:
9’360.000 / 962 = 9.729,7297297297297297297297296946
Es decir: En un año pleyadiano de nuestro tzol ocurren 9.729 sub-ciclos de 962 días (26 x37) en los cuales los campos magnéticos del tzol se traslapan; más una fracción periódica muy interesante: 0,729729729; equivalente a 702 días.
Lo anterior significa que estos 702 días hacen parte de los 9’360.000 días del ciclo del tzol, específicamente los últimos 702 para llegar al 21 de Dic./2.012 y por tanto, quedan faltando 260 días para completar la siguiente alineación de Campos Magnéticos solares, pues 962 – 702 = 260, el Tzolkin Maya.
Estos últimos 260 días estarían por fuera y hacia adelante en el tiempo, a partir de la culminación del ciclo mayor. Si la información mexica-azteca-wichol de que estamos a punto de ingresar en el sexto sol es cierta, podemos suponer entonces que han sucedido cinco soles, cada uno de 5.125 años (1’872.000 días) y por tanto, el 21 de Dic./2.012 gregoriano, se da el cierre no solo del actual ciclo de 5.125, sino el cierre del actual ciclo pleyadiano de nuestro tzol: de 26.000 tun = 9’360.000 días.
¿Cómo estarán los campos magnéticos solares por esos días del 2.012?
Día 700: Campos a 1,4968815o de diferencia: 19 Dic./2.012
Día 701: Campos a 5,6133055o de diferencia: 20 Dic./2.012
Día 702: Campos a 9,7297297o de diferencia: 21 Dic./2.012
Día 703: Campos a 13,846153o de diferencia: 22 Dic./2,012
Día 962: Campos a CEROo de diferencia: 7 de Septiembre 2.013
La tierra y la Humanidad, tendrán tres días con fuertes tensiones: 19, 20 y 21 de Diciembre de 2.012; no podemos vaticinar posibles sucesos, solo la divinidad lo sabe y la naturaleza actúa en concordancia. Sin embargo existen otros momentos del ciclo de 962 días aún de mayores riesgos, veamos:
El último Mini-ciclo de 962 días:
Deducido que su día #702 será el 21 Dic./2.012. Podemos entonces ubicar lo que Maurice Cotterell halla para los bits de 87,454545 días, según lo cual 962 = 11 x 87,4545: momentos clave de la actividad solar por la menor proximidad en el avance diario de los Campos Magnéticos solares. Especial atención a los días # 175 y su simétrico el #787, a tan solo 0,37º
Carecemos de registros confiables sobre otras experiencias en el vórtice mismo del cambio de polaridad magnética, pero lo que si sabemos, es que la vida ha prevalecido en los anteriores episodios, de no ser así, no estuviésemos discutiendo sobre estos asuntos. También es claro, que en las anteriores ocasiones no teníamos la capacidad para comprender lo que ahora hemos alcanzado como colectivo humano y no obstante cierto fatalismo y escepticismo de nuestra parte, tal parece estamos preparados para la Gran Graduación intermedia que nos ha correspondido en buena hora.
Confiad, que La Creación y el Creador no juegan a los dados con nosotros. Cuanto ocurra, será porque así deberá ser para que se cumpla el Plan y la Voluntad del Orden que nos pensó y nos plasmó; hacer nuestra esa Voluntad equivale a dejarnos mecer en las olas del tsunami del Tiempo en su inconmensurable viaje hacia la eternidad.
Este resumen debe ser asumido como tal, la argumentación de peso está contenida en el libro“Retorno A-Malla”, con ISBN asignado ya por la editorial
Ituci Siglo XXI es: 978-84-937491-4-9; de momento es la intención de cumplir con un deber con la Humanidad, de entregar todo cuanto vamos comprendiendo y sacando en claro, toda una labor colectiva; el conocimiento carece de parcelas y propiedades, las neuronas están dispuestas en todos y en cada uno de nosotros; el proceso es de todos y la graduación es un derecho.
Preparaos a consciencia en lo interior para el gran salto, es lo fundamental; se trata de la graduación a la cual hemos accedido después de 26.000 katunes o generaciones humanas; preparaos en lo que podáis en lo físico- social, de cara a la transición que puede estar implicada en el salto. Si la Mente está clara y equilibrada, dirige a la energía, pues ésta se deja dirigir por la mente sintonizada en la frecuencia y en la forma de onda apropiadas, eso lo sentirás en tu corazón y la Paz será contigo.

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